sábado, 28 de enero de 2012

Instante

Es un departamento amplio, lindo. Es elegante y moderno. La decoración indica una clara presencia femenina. El estilo es minimalista pero pensado, muy fino, ningún detalle está librado al azar.
En el living hay una mesa ratona amplia. Un televisor moderno, apagado. No existe algo parecido a una mesa para cenar, alta, con sillas y mantel.
El termostato mantiene la temperatura agradable, las ventanas están cerradas (casi siempre las mantiene así), en cambio las cortinas están plenamente abiertas para que de día el sol bañe toda la habitación y de noche, como ahora, pueda apreciarse la dimensión del espacio infinito.
Hay aroma a café, no el clásico café con leche de esta mañana. Un café más fuerte y con un toque de alcohol, un café irlandés preparado especialmente para la ocasión con la cantidad exacta de ingredientes que a ella le gusta.
Hay cuatro sillones enormes y cómodos; uno es de 2 plazas. Y ahí está, recostada contra uno de los apoyabrazos y sus piernas flexionadas a medias sobre el sillón. Tiene el pelo todavía un poco húmedo, ya que después de cenar algo liviano se dio una ducha tibia.
El camisón de seda negro que lleva puesto apenas le cubre el principio de sus piernas. Su piel se ve suave, y un poco tostada, aunque ella crea que está muy blanca. Cualquier hombre se enamoraría instantaneamente al verla ahí, así, ahora.
No hay una gota de maquillaje en su rostro, este momento se disfruta mejor a cara lavada. Sí un poco de crema, inevitable en una mujer que está en sus treintipico.
Ella no sonríe, sin embargo nadie que la viera podría decir que la está pasando mal.
Gira la página, disfruta, deja que los versos llenen su alma. Lee despacio, quiere que cada estrofa sea infinita y no termine jamás.
Toma un trago de su café sin apartar los ojos del libro. Piensa en lo maravilloso, imponente, espectacular, ingenioso y creativo que es Shakespeare.
FIN DEL ACTO 2.
Mientras da vuelta la hoja y da otro sorbo a su café piensa: "Momentos como estos valen el esfuerzo de trabajar toda la semana y reservarme el sábado a la noche solo para William".
ACTO 3...

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