jueves, 25 de septiembre de 2014

Un sueño

No sabía si era culpa de los antigripales, o si estaba enloqueciendo (más).
Dos noches atrás acudieron a mi sueño varios de los personajes de la historia que estoy trabajando.
Es normal que esto ocurra cuando estoy conciliando el sueño: ahí el inconsciente trabaja sobre lo escrito ese día, lo evalúa, lo mide, lo trabaja. En esos momentos ocurre la magia de la creación, sobre todo cuando estás trabado, o en un punto crucial. Pero también es ahí cuando se analizan algunos párrafos clave.
"Este diálogo tiene que ser más crudo", "este personaje es más pesimista", etc.
Al día siguiente uno revisa y corrige todas estos partes. El descanso es esencial para que la tinta se seque y se asiente.
Pero nunca me había pasado que los personajes se metan en mis sueños y hablen.
No me hablaban a mí. Hablaban entre ellos, hacían cosas. Pero todas eran incoherencias. Lo que hacían no era digno de sus personalidades. No correspondía a lo que venía pasando.
Me desperté varias veces, enojado con ellos. Pero volvían, y seguían haciendo estupideces.
Me empecé a preguntar si el equivocado era yo, y si lo que ellos hacían era lo correcto. Me dejé convencer por la premisa del novelista: "La novela se escribe sola".
Me desperté sobresaltado. ¿Había escrito medio libro equivocadamente?
Revisé los últimos capítulos. Los leí con miedo.
Seguramente toda esa locura era hija de los medicamentos: lo que esos personajes hacían en mis sueños no tenía sentido.

Los locos eran ellos. No yo.

martes, 26 de agosto de 2014

Holly-good

Fue Lost la primera serie en despertar un fanatismo desmedido entre sus seguidores. Y más allá de su final polémico, más allá de si artísticamente fue buena o mala, a los productores, a los que manejan la tarasca de Hollywood, no les pasó desapercibida la locura popular. Tomaron nota y actuaron en consecuencia. Y gracias a internet, los que no la vimos desde el principio, pudimos bajarnos los primeros capítulos y después enganchar con las nuevas temporadas.
Estuvieron algunos años buscando "La nueva Lost". Usaron internet, redes sociales, contenidos exclusivos. Fracasaron una y otra vez, buscando el éxito mágico. Y allá por 2010 se empezó a hablar de una serie de un pelado con cáncer que se ponía a fabricar drogas. Un programa que llevaba ya dos temporadas al aire. Que solamente intentaba, sin pretensiones, contar una historia, y hacerlo lo mejor posible. Con personajes fuertes, interesantes y humanos. Y gracias a internet, los que no la vimos desde el principio, pudimos bajarnos los primeros capítulos y después enganchar con las nuevas temporadas.
Por su lado HBO se dedicaba a los dramas históricos, épicos, con grandes actores y mucha producción. Haciendo cosas de calidad, pero para un nicho, los abonados, los que pagan. Funciona, sí. Pero pierde millones con esos delincuentes inmorales que nos bajam… que se bajan torrents. Un modelo de negocios que pronto dejará de rendirles, si no se modernizan. Aunque estoy seguro que muchos se suscribieron para ver Game Of Thrones antes que nadie, después de bajarse las primeras temporadas desde The Pirate Bay.
Mientras tanto, por otro lado, crecía Netflix, oh precioso Netflix. La única que entendió que la gente quiere decidir qué, cuándo, dónde y cuánto ver. Un capítulo, dos, tres, todos… Manejalo.
Y después empezó a producir sus propias series. House of Cards es el primer éxito rotundo íntegramente internetiano. Sin pantalla en la vieja televisión. Y es buenísima.
Por $100 al mes podés ver una gran variedad de cosas, sin comerte propagandas, ni depender de los horarios, o tener que acordarte de grabar. Ideal además para poner de fondo en lugar de las horribles noticias diarias. La primera temporada me la bajé, pero después decidí que por ese precio sí convenía suscribirme. Haces tres clicks y ya estás viendo lo que querés, en HD y sin andar escarbando por subtítulos.
En resumen: el éxito inmediato no existe. Las series exitosas tienen mucho drama, acción, toques de humor, personajes creíbles y queribles, un malo a quien odiar, y suerte. Eso también influye. No hay fórmulas mágicas.
Y unos señores de traje, allá en California se dieron cuenta:  las películas mainstream (las de los cines) estaban perdiendo popularidad. La gente tenía todas estas variantes en sus enormes televisores FullHD con sonido 5.1. ¿Para qué molestarse en ir al cine si las películas eran todas iguales?
Primero apuntaron a hacer todas las películas PG-13. Así aumentaban el rango de público. Eso hizo que todos los adultos huyeran de las salas. Pero a ellos no les importó: Los teens gastan más que los vejetes. Entonces tuvieron una idea genial (para seguir enriqueciéndose).
Empezaron a filmar… series.
Los superhéroes de Marvel se cruzaban entre sí. Si veías Hulk, convenía ver Iron Man, y esa se enganchaba con Thor. Pero a su vez se podían ver independientemente, entonces después se unían todos en The Avengers. Mejor ir con toda la data.
Funcionó: las películas de superhéroes lideran las salas. Ahora DC va por la misma senda. El CEO debe querer imitar a su rival con un copy-paste. Esperemos que los que están por debajo marquen errores y mejoren los detalles de Marvel. La saga de Batman es genial. Es oscuro, permite un público adulto sin abandonar a los adolescentes. Esa es la línea que queremos. Lo de entrelazar las tramas tiene un punto en contra: el que se quedó afuera de las primeras, puede no tener ganas de ver todo antes del próximo estreno, y prefiere quedarse afuera de la saga y ver otra cosa. Tienen que avisarles que los detalles que se pierden no son clave. No, como hacen ahora, lo contrario, para que vayas y te compres las anteriores.
La radio no mató al periódico, la tele no mató a la radio, internet no matará ni al cine ni a la TV. Pelearán hasta que se adapten a la simbiosis y encuentren la manera de convivir, mejorando el producto. Así ganamos nosotros, los espectadores.
Y por favor, señores de Hollywood, dejen de luchar contra la piratería. Adóptenla, manéjenla, úsenla a su favor.

¡Es promoción para el próximo film!

martes, 18 de febrero de 2014

Futbol Manaos



Como muchos sabrán sigo a Boca (por la tele, no voy a la cancha) y también al Liverpool, pero ese es otro tema.
Hace rato que me vengo quejando del nivel del futbol argentino. Como ya han dicho en tantos programas, hace años que está en decadencia. El mayor responsable de esto es el geronte presidente de AFA. Él maneja todo, impide o deja hacer. Es el culpable de los estúpidos promedios y también de los injustos torneos cortos. Además, es quien administra todo el dinero y lo reparte como se le canten las bolas a los clubes de primera y de las demás divisiones. Pero no es el único responsable.
Los dirigentes elegidos por los socios, no toman más que medidas populistas y demagógicas para que los "hinchas" los vuelvan a votar. Transan con los barras, porque saben que no pueden combatirlos, traen jugadores y técnicos que alguna vez fueron ídolos con la esperanza de que la gloria de antaño regrese. Obviamente que estas viejas glorias cobran una fortuna y juegan por nombre.
Encima, los supuestos hinchas, sufren de eso llamado fanatismo. Y no ven más que lo que quieren ver.No se dan cuenta que a esos ídolos no les importa la camiseta, sino cobrar una fortuna, ser líderes por historia y que coreen su nombre. No ganar todos, sino ganar ellos.
Yo me puse muy contento cuando volvió Bianchi. Me ha dado más alegrías que muchos seres humanos, sentado en el banco. 2 copas intercontinentales que me emocionaron hasta las lágrimas. Le tengo un lugar en mi corazón.
Pero los equipos de Bianchi no son esto que vemos hace un año batiendo records negativos por todo el país. Recuerdo que en los dos ciclos anteriores, apenas llegó, declaró que necesitaba tiempo y que los primeros seis meses iban a ser de adaptación. A las 5 fechas ya éramos serios candidatos. Y ganamos.
No creo que el pelado se haya olvidado de todo o no sepa nada de futbol o haya tenido suerte. Me parece que los jugadores de hoy no son como hace 10 años y él esta grande para saber que motiva a un pibe de 20 años de estos tiempos. A su vez, los malos resultados y su personalidad tan creída no ayudan a que los jugadores lo respeten.
Y una vez que tus dirigidos te pierden el respeto no hay vuelta atrás. Me hubiera encantado que al comenzar este año, me hubiera hecho olvidar del 2013 y hubiera arrancado una racha ganadora, o aunque sea de buen juego. Pero no.
Si bien el primer partido, Boca jugo aceptablemente, y el primer tiempo contra Belgrano fue bueno, lo del segundo fue des motivador. Errores groseros, de amateur. Pocas ganas. El único jugador (que solo se debe sentir) que veo que hace lo que puede, es Gago. Hasta Orión, de lo mejorcito del año pasado, está inseguro. El tercer gol de Belgrano es ridículo. El Cata Diaz llegó diez minutos tarde.
Igual, no me quiero quedar solo con mi club. Porque Angelici no es el único que toma estas decisiones. Riquelme se había ido. Tenía la excusa perfecta para no tener que rajarlo; y lo hizo volver porque "el pueblo" lo pedía. Román es otro jugadorazo que me hizo gritar y reir, pero no le da más el físico. Juega un partido cada dos meses y no es aquel 10 desequilibrante. Me encantaría que sí, pero no.
Ahora lo esperamos como un héroe. No necesitamos héroes. Maxi Rodriguez o Scocco podrían ser héroes, y sin embargo fueron uno más, adentro de un equipo que funcionaba bien. Sin egos (aunque sea adentro de la cancha) ni estrellitas.
Como decía, todos los dirigentes hacen estas cosas. Así está Ramón en River. Y también así, Cantero terminó perdiendo su batalla y yéndose a la B. No resultó ser tan bueno, y se mandó muchas cagadas, pero en esa lucha lo dejaron solo y se cansó.
Una dirigencia que parece hacer bien las cosas hoy por hoy, es la de San Lorenzo. Pizzi armó un equipo. Su salida fue repentina, pero no trajo un DT con esa ridícula premisa "que conozca los pasillos del club" o "que pueda domar al vestuario", trajo un tipo que labura y arma equipos. Más allá de estilos, que juegue a algo claro.
Arsenal juega horrible. Mezquino, defensivo y hasta violento. Pero sabe que juega a eso y no lo niega. Eso le sale bien y ahí está, siempre peleando o molestando y hasta salió campeón.
Por lo pronto seguiré disfrutando del Liverpool, que hace un año y medio contrató un DT a quien dejaron trabajar tranquilo. Los cambios fueron paulatinos pero ahora está peleando arriba y jugando bien.
En cambio acá, encima de que duelen los ojos, vuelve Araujo para que también nos duelan los oídos.
Así, no vamos a triunfar contra los grandes de afuera.

martes, 14 de enero de 2014

HEMOS PERDIDO LA BATALLA



Dormir toda la noche de corrido es cada vez más difícil. Hay que levantarse al baño al menos una vez por noche. Pero no me refiero a eso, ni tampoco al clásico insomnio causado por los fantasmas interiores.
Me refiero a que cada madrugada pasan por mi calle no menos de tres autos con la música a todo volumen. Por lo general cumbia, bachata o marcha. A veces ni siquiera son autos, sino el vecino de enfrente, que no se limita a escuchar su basura sino que también grita y ríe al mismo volumen junto a sus amigos.
No me molesta que esto ocurra un viernes o un sábado; yo también he hecho reuniones en casa. Pero esto pasa cualquier día de la semana. Una vez, hace un par de años, cando esto comenzaba a ser un flagelo, alguien llamó a la policía y vino. Les pidió que bajen el volumen y lo hicieron. Lo reemplazaron por alaridos preguntando quien había llamado a la policía, que podrían habérselo pedido bien. Ja. Sí, claro. Seguro que es re-razonable. Como si todos tuviéramos ganas de arruinarnos la noche a las piñas o algo peor.
Cada navidad y año nuevo sufro. En la esquina de mi casa (Parque Chacabuco) les pinta juntarse. Abren el baúl de un auto y ponen la música fuerte, además de gritar, reír, tomar y tirar cohetes. Eso hasta las 7 u 8 de la mañana. Una vez hasta hubo un enfrentamiento de dos patotas, vaya uno a saber el honor de quien se vio mancillado.
Este primero de enero fue peor, y no tengo dudas de que va a seguir empeorando. Tres autos pusieron música a todo volumen y ¡Había una camioneta arriba de la vereda! Cada uno en la suya, parecía no molestarles. Era un infierno el living de mi casa. Hubo menos petardos, pero más gente alcoholizada.
Cada año, cada mes, es peor y va a seguir así. No hay una autoridad para, aunque sea, calmarlos, recordarles que hay vecinos que queremos dormir o bebés que se asustan y lloran.
No hay educación, por lo tanto nadie les enseñó respeto al prójimo. Y no veo que la educación vaya a mejorar. Las escuelas dan miedo y los padres de los chicos delegan toda responsabilidad en la institución. Si el niño es malo es culpa de la maestra.
Alguien, enojado, por ejemplo yo, tendría que bajar y pedirles a esos muchachos amablemente que se retiren a las puertas de su propios hogares. Pero alguien como yo no quiere agarrarse a piñas. Mis argumentos son válidos, los de ellos no, pero intentarían justificarse. Todos sabemos lo que pasa cuando alguien cuerdo y lógico se enfrenta a un grupo de inadaptados. Ganan estos últimos. Y la verdad que no quiero sufrir la violencia en carne propia. Ya me alcanza con soportarlos desde mi cama.
Los hemos dejado ganar y ya perdimos la batalla. Ellos piensan que como no decimos nada no nos están molestando. Pero si fuéramos a encararlos seríamos tildados de chetos que no entendemos nada de la diversión y de la vida / Viejas malcogidas que necesitamos una buena poronga.
Esos seres no conocen otra forma de entretenimiento que no sea juntarse con similares en el cordón de la vereda a tomar cerveza escuchando eso que llaman música. Creen que nosotros estamos equivocados y les tenemos envidia. Que quisiéramos ser tan grosos cómo ellos. Que tienen auto o moto y parlantes potenciados, que se juntan con los pibes para romper la noche y se levantan minitas que les entregan todo.
No aceptan su propia frustración. No se dan cuenta que podrían tener más y ser mejores sin joder a los demás, sin buscar la ventaja o hacer todo por izquierda y no como la gilada. Y quieren ascender en la sociedad por la fuerza. El gobierno ha apoyado esto con sus planes y la "igualdad". Pero eso es otro tema.
Esa visión de "la avivada" es la imagen que hemos dado al mundo del argentino medio. Les hemos hecho creer que todos somos como "El Diego". Que nos movemos al filo del reglamento allá donde vayamos y que creemos que la tenemos re-clara y que todas las mujeres del mundo caen a nuestros pies.
No se ustedes pero yo me siento re lejos de eso. Vivir organizados es más fácil, es más tranquilo y más saludable. Pero si todos fuéramos respetuosos de las leyes no podríamos obtener esas pequeñas ventajitas que nos hacen sentir dioses por un instante, aunque en lo más profundo de nuestro ser, sabemos que somos de lo más pelotudo.
Por lo pronto, prefiero soñar con algún día irme lejos, porque esto está cada vez peor. Peor y peligroso. No nos cuida nadie y puede ocurrir cualquier cosa en cualquier momento. Eso sí, no pretendas comprar algo en el exterior porque serás tildado de anti-patria y perseguido por las autoridades.

NO NOS QUEDA OTRA



Debido al tema de los constantes y múltiples cortes de luz que hubo el último mes en Buenos Aires, TN y otras señales estuvieron recorriendo diferentes protestas, cacerolazos y piquetes que los vecinos afectados hacían en sus barrios. Hubo días en los que circular por la ciudad fue casi imposible.
Las quejas de los vecinos eran (son) muy similares:

  • compramos comida y se nos pudre;
  • compramos lo del día porque no se puede guardar nada;
  • en el edificio hay gente mayor que no puede bajar escaleras;
  • nos quedamos sin agua.

Todas lógicas y entendibles. En el año 2014 no se puede vivir sin electricidad. Todo requiere enchufarse o cargarse.
He llegado a escuchar gente diciendo que ellos no querían luz para prender el aire acondicionado. Solo querían poder enchufar la heladera. Esta mal por todos lados esa frase. En cualquier ciudad del mundo cuya temperatura llegue hasta casi 40º el AC es necesario.
No es un delito ni un pecado tenerlo y usarlo. No es de ricos (ni esa boludez de cipayos y gorilas que me tiene los huevos al plato). Es necesario para soportar este clima tropical que tiene nuestra ciudad desde hace unos años y que no va a cambiar. Es necesario para sentirse bien, poder vivir sin sufrir ni sudar como un marrano.
La otra vez fui con mi hermana a comprar un aire y sentía las miradas del resto que decían "Hijo de puta, vas a prender eso y por tu culpa se nos cortará la luz".
Sí. Lo voy a prender porque quiero vivir bien, porque puedo comprarlo y porque me encanta estar en mi casa. No lo voy a poner en 17º, pero si lo hiciera estaría bien también.
La crisis energética, según el gobierno, es porque a todos nos va bárbaro y podemos comprar aires. Si nos fuera bien como país no estaríamos mendigando energía a los países vecinos. Echarle la culpa a las empresas es de nene de 10 años. Las empresas quieren ganar millones, vos tenés que controlar que inviertan y cumplan. ¿Qué laburo no?
La ciudad ha hecho su esfuerzo cambiando el alumbrado público por lámparas de led. Eso ahorra mucho; además apagó cosas innecesarias como las decoraciones navideñas. Es cierto que en algunos casos utilizó grupos electrógenos para las fuentes, pero boludos hay en todas partes.
La Casa Rosada seguía con esa iluminación fucsia horrible, grasa, murgueril. Apagala, por lo menos demostrame que te importa un poco lo que le pasa a tus súbditos.
Otra cosa que noté, era que la respuesta final a los cortes es "NO NOS QUEDÓ OTRA". Gente que en su vida se hubiera imaginado que iba a tener que cortar una calle para reclamar algo lo terminó haciendo. No tengo dudas de que mucha de esa gente, se ha quejado y puteado a piqueteros más de una vez en su vida cuando le impidieron pasar por este o aquel lugar. El argumento de esos piqueteros era el mismo: "No nos quedó otra".
No estoy haciendo un juicio de valor sobre que reclamo es más justo o si ambos lo son. Simplemente espero que la próxima vez que se crucen con un piquete, piensen que el "No nos quedó otra" es una razón válida. La vara con que medir una protesta no es la misma en todos los casos. Sobre todo en este país surrealista.
Para cerrar quiero marcar otra particularidad sobre los cortes.
Había piquetes tranquilos, en donde la gente caceroleaba, cruzaba unos tachos y por ahí se prendía un fueguito y había cortes más violentos donde se incendiaban containers, se hacía más quilombo y hasta donde, aprovechando la oscuridad, les gritaban obscenidades a chicas que pasaban por allí.
Estos cortes, estaban dirigidos por gente que vivía en casas o edificios tomados. Me tocó pasar por uno, en donde un motociclista pasó sin "permiso" y un gordo en cuero con un pantaloncito de futbol le arrojó un palo.
No digo que la gente pobre a "la que no le queda otra" no tome una casa. No me parece bien, pero la desesperación puede llevar a eso. Lo que me da bronca es la actitud. Si yo viviera en una casa tomada agacharía la cabeza y agradecería tener todos los servicios. Si un día me lo cortaran no atacaría a un motoquero que no tiene ninguna culpa de que yo no tenga luz.