martes, 4 de octubre de 2005

Plan de Vida

De chiquitos, nos enseñaron valores y principios que nos han ido guiando durante nuestra vida. Nos educaron en un ambiente familiar determinado y muy probablemente en alguna religión. Las variantes son muchas, no es mi idea juzgarlas, me parece, simplemente que son diferentes opciones, con sus virtudes y sus defectos.
Lo que no escapa a casi nadie, es la idea de felicidad que nos inculcan. Suelen armarnos un plan de vida que, con sus variantes suele ser el siguiente: Ir al colegio; posteriormente a la universidad y terminar una carrera "clásica"; conseguir un trabajo digno; conocer al "hombre/mujer de tu vida"; casarte, lo cual incluye la ceremonia religiosa, y una fiesta con vestidos largos y trajes a medida; irse de Luna de Miel; tener hijos, una casa propia, un auto y un perro; educar a tus hijos de la misma manera que te educaron a vos; jubilarte; malcriar a tus nietos; hinchar las bolas hasta morirte.
Tal vez, nuestro ámbito familiar no nos educó de esta manera, pero los medios de comunicación, la televisión, las novelas, la educación no tradicional nos muestra esto continuamente y eso crea, subliminalmente en nuestra mente esa trillada idea de felicidad.
No voy a decir que la vida planeada de esta manera es una equivocación. Pero sin ninguna duda no es la única posible. La gente que vive de esta manera (la mayoría), no suele darse cuenta que hay otras opciones y pasa toda su vida creyendo ser feliz.
Este plan de vida, fue "inventado" en la Edad Media y bajo una perspectiva cristiana. El mundo cambió bastante, pero el plan no lo hizo tanto como el mundo. Tuvo sus modificaciones, y dependiendo de cada familia y de cada cultura tiene también sus variantes. Pero la base sigue siendo la misma. No hay un cambio de fondo. Los puntos importantes siguen siendo muy parecidos. El orden y las acciones no han variado demasiado.
Cuando uno, consciente o inconscientemente, decide seguir este plan, cree fielmente que esa es la única manera de ser feliz; o al menos, cree que es la mejor. Como hemos visto, esto puede salir bien. Pero hay veces que en la mitad del Plan, pasa algo inesperado, algo que nunca nos imaginamos. Generalmente es una tercera persona que no era parte esencial de nuestro Plan principal pero nos empezó a interesar de una manera inocultable, se metió en nuestro corazón y puso en duda toda nuestra idea. Nos hizo ver que no hay una sola forma de encarar la vida, o al menos, hizo poner en duda quienes deben ser los protagonistas de nuestra historia.
La decisión siempre es de uno, y se deben tener muchas cosas en cuenta en el momento de tomarla. De todas formas cuando aparece alguien que nos hace sentir esas cosquillas en la panza que sentimos la primera vez que nos enamoramos, cambia nuestra manera de ver todas las cosas, empezamos a encontrar innumerables defectos en la persona que creíamos correcta, defectos que siempre estuvieron pero que no veíamos, y cosas que antes nos molestaban un poco ahora nos molestan mucho. Dejamos de hacer las cosas porque sí y volvemos a sentir.
Cuando esto ocurre, es cuando uno demuestra que clase de persona es. Si uno no escucha a sus sentimientos y decide seguir con el plan estipulado puede parecer cobarde, pero también demuestra tener buen corazón para no lastimar a la persona que está a su lado. Me parece que es un error quedarse junto a alguién por esta razón. Porque lo que uno descubrió, no es que uno ya no estaba enamorado, sino que se ha apagado la llama de la pareja, a pesar que el otro no lo ha notado.
Si uno decide abandonar el Plan previsto, o al menos al co-protagonista sin pensarlo ni dudarlo, es sin duda una mala persona que solo piensa en si misma y no le importan los sentimientos de los demás. De todas formas, para verle el lado positivo, es una suerte para el otro que esta clase de gente se aleje, es doloroso, pero es más conveniente eso que continuar viviendo en una mentira con alguien inconveniente.
La mejor decisión, aunque también es dolorosa, es escuchar al corazón, si sentimos que nos hemos enamorado de alguien inesperado, tratar de terminar en buenos términos con nuestra actual pareja, lastimar lo menos posible a los que queremos y cuando hayamos cerrado esa historia, tomarnos un tiempo para pensar y luego empezar una nueva.
Esto puede llevar un tiempo que en esas circunstancias puede parecer mucho más; pero si el amor es verdadero, ambos podrán esperar, no sin pena, el momento justo. Puede ser muy duro para ambos, puede pagarse con muchas lágrimas, pero apresurar las cosas, definitivamente es un mal comienzo.

Eso es definitivamente lo que mueve al mundo, el amor. Eso es lo único que puede modificar una historia que parece ser perfecta. Es lo único que puede derivar en masacres y tragedias; o acarrear idílicas historias en las que los protagonistas entregan hasta su propia vida por otra persona. Lo mágico de esto, es que nada asegura que ese amor va a durar toda la vida, pero el sentimiento es tan grande que la pasión le gana lugar a la razón. Porque cuando uno se enamora, lo hace para siempre, es la única manera de enamorarse. Si uno creyera que va a durar poco, no intentaría nunca nada. Es necesario creer que ese sentimiento dura toda la vida. Si el amor es correspondido con el tiempo se transforma en otra cosa. Este proceso es lento y uno habitualmente no lo nota. A veces se transforma en algo bueno y otras en algo malo. Pero nunca queda igual.
El amor es efímero, pero no puede serlo el sentimiento.
El Plan de Vida se va haciendo solo. La vida no puede ser planeada. No tiene una meta estipulada, uno se puede poner distintas metas intermedias. Pero lo realmente importante es el camino que se recorre. Por momentos puede ser una suave bajada, puede ser de ripio, de tierra, de asfalto, puede ser una peligrosa pendiente; a veces hay que caminar con el agua hasta la rodilla o bajo un sol abrazador. Pero ahí están las emociones de la vida. Todo depende de nuestras decisiones.
Los grandes cambios se producen bruscamente y nos sorprenden, nos asustan y queremos negarlos. Pero hay que aprender a escucharlos, son síntomas que nos indican que algo no anda bien, y que sino es ahora, más adelante será mucho peor.
Para terminar quiero decir que "el amor de la vida" no es necesariamente uno solo, son diferentes según el momento que se esté viviendo. Lo que si es seguro es que cuando lo sentimos es definitivo y único, nada más nos importa esa otra persona que es el objeto de nuestro amor. Esto nos afecta terriblemente y es una sensación inexplicable; si es correspondida es hermosa, y sino lo es, sufriremos, pero con el tiempo, esto nos hará más fuertes.-