martes, 14 de enero de 2014

HEMOS PERDIDO LA BATALLA



Dormir toda la noche de corrido es cada vez más difícil. Hay que levantarse al baño al menos una vez por noche. Pero no me refiero a eso, ni tampoco al clásico insomnio causado por los fantasmas interiores.
Me refiero a que cada madrugada pasan por mi calle no menos de tres autos con la música a todo volumen. Por lo general cumbia, bachata o marcha. A veces ni siquiera son autos, sino el vecino de enfrente, que no se limita a escuchar su basura sino que también grita y ríe al mismo volumen junto a sus amigos.
No me molesta que esto ocurra un viernes o un sábado; yo también he hecho reuniones en casa. Pero esto pasa cualquier día de la semana. Una vez, hace un par de años, cando esto comenzaba a ser un flagelo, alguien llamó a la policía y vino. Les pidió que bajen el volumen y lo hicieron. Lo reemplazaron por alaridos preguntando quien había llamado a la policía, que podrían habérselo pedido bien. Ja. Sí, claro. Seguro que es re-razonable. Como si todos tuviéramos ganas de arruinarnos la noche a las piñas o algo peor.
Cada navidad y año nuevo sufro. En la esquina de mi casa (Parque Chacabuco) les pinta juntarse. Abren el baúl de un auto y ponen la música fuerte, además de gritar, reír, tomar y tirar cohetes. Eso hasta las 7 u 8 de la mañana. Una vez hasta hubo un enfrentamiento de dos patotas, vaya uno a saber el honor de quien se vio mancillado.
Este primero de enero fue peor, y no tengo dudas de que va a seguir empeorando. Tres autos pusieron música a todo volumen y ¡Había una camioneta arriba de la vereda! Cada uno en la suya, parecía no molestarles. Era un infierno el living de mi casa. Hubo menos petardos, pero más gente alcoholizada.
Cada año, cada mes, es peor y va a seguir así. No hay una autoridad para, aunque sea, calmarlos, recordarles que hay vecinos que queremos dormir o bebés que se asustan y lloran.
No hay educación, por lo tanto nadie les enseñó respeto al prójimo. Y no veo que la educación vaya a mejorar. Las escuelas dan miedo y los padres de los chicos delegan toda responsabilidad en la institución. Si el niño es malo es culpa de la maestra.
Alguien, enojado, por ejemplo yo, tendría que bajar y pedirles a esos muchachos amablemente que se retiren a las puertas de su propios hogares. Pero alguien como yo no quiere agarrarse a piñas. Mis argumentos son válidos, los de ellos no, pero intentarían justificarse. Todos sabemos lo que pasa cuando alguien cuerdo y lógico se enfrenta a un grupo de inadaptados. Ganan estos últimos. Y la verdad que no quiero sufrir la violencia en carne propia. Ya me alcanza con soportarlos desde mi cama.
Los hemos dejado ganar y ya perdimos la batalla. Ellos piensan que como no decimos nada no nos están molestando. Pero si fuéramos a encararlos seríamos tildados de chetos que no entendemos nada de la diversión y de la vida / Viejas malcogidas que necesitamos una buena poronga.
Esos seres no conocen otra forma de entretenimiento que no sea juntarse con similares en el cordón de la vereda a tomar cerveza escuchando eso que llaman música. Creen que nosotros estamos equivocados y les tenemos envidia. Que quisiéramos ser tan grosos cómo ellos. Que tienen auto o moto y parlantes potenciados, que se juntan con los pibes para romper la noche y se levantan minitas que les entregan todo.
No aceptan su propia frustración. No se dan cuenta que podrían tener más y ser mejores sin joder a los demás, sin buscar la ventaja o hacer todo por izquierda y no como la gilada. Y quieren ascender en la sociedad por la fuerza. El gobierno ha apoyado esto con sus planes y la "igualdad". Pero eso es otro tema.
Esa visión de "la avivada" es la imagen que hemos dado al mundo del argentino medio. Les hemos hecho creer que todos somos como "El Diego". Que nos movemos al filo del reglamento allá donde vayamos y que creemos que la tenemos re-clara y que todas las mujeres del mundo caen a nuestros pies.
No se ustedes pero yo me siento re lejos de eso. Vivir organizados es más fácil, es más tranquilo y más saludable. Pero si todos fuéramos respetuosos de las leyes no podríamos obtener esas pequeñas ventajitas que nos hacen sentir dioses por un instante, aunque en lo más profundo de nuestro ser, sabemos que somos de lo más pelotudo.
Por lo pronto, prefiero soñar con algún día irme lejos, porque esto está cada vez peor. Peor y peligroso. No nos cuida nadie y puede ocurrir cualquier cosa en cualquier momento. Eso sí, no pretendas comprar algo en el exterior porque serás tildado de anti-patria y perseguido por las autoridades.

NO NOS QUEDA OTRA



Debido al tema de los constantes y múltiples cortes de luz que hubo el último mes en Buenos Aires, TN y otras señales estuvieron recorriendo diferentes protestas, cacerolazos y piquetes que los vecinos afectados hacían en sus barrios. Hubo días en los que circular por la ciudad fue casi imposible.
Las quejas de los vecinos eran (son) muy similares:

  • compramos comida y se nos pudre;
  • compramos lo del día porque no se puede guardar nada;
  • en el edificio hay gente mayor que no puede bajar escaleras;
  • nos quedamos sin agua.

Todas lógicas y entendibles. En el año 2014 no se puede vivir sin electricidad. Todo requiere enchufarse o cargarse.
He llegado a escuchar gente diciendo que ellos no querían luz para prender el aire acondicionado. Solo querían poder enchufar la heladera. Esta mal por todos lados esa frase. En cualquier ciudad del mundo cuya temperatura llegue hasta casi 40º el AC es necesario.
No es un delito ni un pecado tenerlo y usarlo. No es de ricos (ni esa boludez de cipayos y gorilas que me tiene los huevos al plato). Es necesario para soportar este clima tropical que tiene nuestra ciudad desde hace unos años y que no va a cambiar. Es necesario para sentirse bien, poder vivir sin sufrir ni sudar como un marrano.
La otra vez fui con mi hermana a comprar un aire y sentía las miradas del resto que decían "Hijo de puta, vas a prender eso y por tu culpa se nos cortará la luz".
Sí. Lo voy a prender porque quiero vivir bien, porque puedo comprarlo y porque me encanta estar en mi casa. No lo voy a poner en 17º, pero si lo hiciera estaría bien también.
La crisis energética, según el gobierno, es porque a todos nos va bárbaro y podemos comprar aires. Si nos fuera bien como país no estaríamos mendigando energía a los países vecinos. Echarle la culpa a las empresas es de nene de 10 años. Las empresas quieren ganar millones, vos tenés que controlar que inviertan y cumplan. ¿Qué laburo no?
La ciudad ha hecho su esfuerzo cambiando el alumbrado público por lámparas de led. Eso ahorra mucho; además apagó cosas innecesarias como las decoraciones navideñas. Es cierto que en algunos casos utilizó grupos electrógenos para las fuentes, pero boludos hay en todas partes.
La Casa Rosada seguía con esa iluminación fucsia horrible, grasa, murgueril. Apagala, por lo menos demostrame que te importa un poco lo que le pasa a tus súbditos.
Otra cosa que noté, era que la respuesta final a los cortes es "NO NOS QUEDÓ OTRA". Gente que en su vida se hubiera imaginado que iba a tener que cortar una calle para reclamar algo lo terminó haciendo. No tengo dudas de que mucha de esa gente, se ha quejado y puteado a piqueteros más de una vez en su vida cuando le impidieron pasar por este o aquel lugar. El argumento de esos piqueteros era el mismo: "No nos quedó otra".
No estoy haciendo un juicio de valor sobre que reclamo es más justo o si ambos lo son. Simplemente espero que la próxima vez que se crucen con un piquete, piensen que el "No nos quedó otra" es una razón válida. La vara con que medir una protesta no es la misma en todos los casos. Sobre todo en este país surrealista.
Para cerrar quiero marcar otra particularidad sobre los cortes.
Había piquetes tranquilos, en donde la gente caceroleaba, cruzaba unos tachos y por ahí se prendía un fueguito y había cortes más violentos donde se incendiaban containers, se hacía más quilombo y hasta donde, aprovechando la oscuridad, les gritaban obscenidades a chicas que pasaban por allí.
Estos cortes, estaban dirigidos por gente que vivía en casas o edificios tomados. Me tocó pasar por uno, en donde un motociclista pasó sin "permiso" y un gordo en cuero con un pantaloncito de futbol le arrojó un palo.
No digo que la gente pobre a "la que no le queda otra" no tome una casa. No me parece bien, pero la desesperación puede llevar a eso. Lo que me da bronca es la actitud. Si yo viviera en una casa tomada agacharía la cabeza y agradecería tener todos los servicios. Si un día me lo cortaran no atacaría a un motoquero que no tiene ninguna culpa de que yo no tenga luz.