martes, 29 de mayo de 2007

La manijita

Hoy a la mañana, cuando me iba a trabajar como todos los días en el bendito 4; el frio extremo que hacía llenó mi cabeza de dudas.
Todo empezó cuando quise agarrarme del pasamano, manija, baranda o como se llame. Noté que estaba muy, pero muuuuuy frío. Estiré las mangas de mis ropas hasta tapar mis palmas y parte de mis dedos, pero con el andar del vehículo se me corría y otra vez el helado metal tocaba mi piel. En ese momento mi cerebro pensó "Que bueno sería tener guantes", pero al instante siguiente se arrepintió porque se dio cuenta que los guantes no calientan nada los dedos, si tenes que usar el celular te los tenes que sacar para atender o hacer peripecias y como si esto fuera poco no te podes rascar la nariz porque se te llena de pelos y produce un efecto contrario al deseado; ni hablar de tocarse la boca.
Volviendo al tema de la manijita, hay varios diseños de las mismas: las peores son las que comienzan en la mitad de la cabecera, solo una mano puede agarrarse de la misma, produciendo interminables luchas entre quien se encuentra parado a la derecha y a la izquierda de la misma. Para colmo, estas vienen de metal o de plástico, las primeras, como ya vimos, están heladas en invierno y candentes cuando les pega el sol de enero; las de plástico, tienen una temperatura más agradable todo el año pero son menos resistentes al paso del tiempo, y se aflojan o directamente se rompen. Otro diseño, son las clásicas manijas de metal (foto), fuertes y sólidas, con espacio para 2 o incluso 3 manos, pero tan frías como un hielo. Quizas el mejor formato sea también el más moderno, el que presentan esas undades bajas y con lugar para discapacitados; la cabecera del asiento tiene un hueco ancho que hace las veces de agarradera, y no solo es muy sólida, sino que al ser plásticas, su temperatura es más cercana a la normal de un ser humano.
De todas formas lo ideal es ir sentado, pero para eso hay que conseguir asiento, pero ese... ese es otro tema.

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