jueves, 30 de diciembre de 2010

Carta de un ciudada no a otro

El Fantasma escribió esto en su blog. Estoy de acuerdo casi en un 100%:

Estimados cortacalles (sean cuales sean sus motivos, sus deportes, sus gremios, sus religiones, sus etnias, etc.):

El día de ayer, martes 28 de diciembre, una vez más, llegué a mi casa a las 21.15 (casi una hora y media más tarde de lo habitual) porque las principales arterias(?) de tránsito de la ciudad estaban cortadas por diversos grupos y razones.

El motivo de este texto es hacerles saber, ya que creo que desconocen este pequeño detalle, que yo no puedo solucionarles sus problemas gremiales, darles un “plan social” (o “plan no trabajar”), devolverles la energía eléctrica, hacer justicia por su familiar/amigo asesinado o secuestrado, devolverles su dinero, aumentarles el sueldo, efectivizarlos en su puesto de trabajo, afiliarlos a alguna obra social, conseguirles una vivienda digna, un predio donde acampar de por vida, “cajitas felices” de fin de año y mucho menos me interesa saber o participar del rally Dakar.

Creo que es fundamental que sepan que no es a mí ni a otros tantos que como yo los padecen día a día, a quienes deben cortarle el paso para solucionar sus problemas. Quizás podrían demostrar mejor su temperamento patoteril y sus destrezas pirotécnicas y piromaníacas e incluso podrían conseguir mejores respuestas si le bloquean la salida de la Casa (Rosada) o de la Casa (de Olivos) a quien dirige el país y no dejarla ni salir, ni entrar, ni llegar y fastidiarla hasta que los escuchen. O escracharle la casa o bloquearle el paso a los gobernantes o dueños de empresa o dirigentes gremiales correspondientes. Es como el ejemplo que siempre pongo de "si mi vecino me debe plata, tengo que ir y reclamarle a mi vecino, no debo ir a la vecina de enfrente, no dejarla ni entrar ni salir de su casa o patotearla incansablemente hasta que mi vecino de al lado me devuelva el dinero que le presté o me robó".

Intento en todo momento comprender los motivos de cada uno de sus reclamos y me gustaría que algún día ustedes puedan comprender mis ganas de llegar a destino en tiempo y forma. Supongo que mejoraremos como país el día que respetemos los derechos de los demás (algo que desde hace bastantes años acá no sucede), mientras tanto, nos seguiremos matando y odiando entre nosotros mientras los responsables se hacen el caldo gordo mirándonos desde arriba y riéndose en nuestras caras.

Atte.,

Christian B. (Christian, del Latin "christianae": El hombre de la paciencia infinita)

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