lunes, 30 de julio de 2007

Envío

La vida en pareja trajó aparejado tareas que antes no realizaba, en el caso particular del tema de hoy: ir al supermercado.
Cada vez que vamos, compramos como para no ir por 2 semanas. Por lo tanto no podemos venir tan cargados hasta casa. Por lo que, muy cómodos, nos hacemos enviar el pedido a nuestro hogar.
Es sorprendente el sistema por el cual los delivery boys se enteran que tienen que hacer una entrega.
Ejemplo: La cajera en un volumen apenas audible por mi que estoy al lado dice "envío". Ante mi cara de "si no gritas no se van a enterar que hay un envío", la cajera sigue pasando productos imperturbable. Y al minuto desde la otra punta del supermercado aparece uno de estos mulos a embolsar y encajonar el pedido en perfecto orden.
No se como escuchan estos tipos, pero es realmente sorprendente.
Igual, el fragil sistema a veces falla y la señorita debe repetir el inaudible llamado más de una vez. Pero siempre al segundo intento alguien acude.
Estoy esperando el día en que nadie aparezca y la cajera se pare en el banco y empiece a gritar "CHE! ENVÍO! LOCO, NO ME ESCUCHAN! INÚTILES!".
Ya pasará.

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