jueves, 22 de enero de 2009

El límite entre película y juego es cada vez más chico

Terminé mi primer juego de Play 3, Metal Gear Solid 4.
A pesar de no tener un televisor HD disfruté de una calidad gráfica dificilmente superable. Profundidad, texturas, partículas...
El sonido y la música (pudo ser 7.1 pero fue stereo nomás) acompañan perfectamente.
Pero lo mejor, lejos, es el nivel artísitico del juego en sí. Detalles y más detalles, una estética que se mantiene.
Una historia complejísima que va girando mientrás avanza y un final digno de Hollywood.

Durante el juego hay varias partes en la que uno no hace más que ver producidas y largas escenas como si de un film se tratase, incluso a veces se puede elegir la vista del personaje.

El juego es complicado por la cantidad de botones que hay que usar. Pero uno se acostumbra. La vibración del Joystick hace más grosa la experiencia gamer.

Y para que valga la pena el gasto, aparentemente, en una segunda jugada tenés algunas boludeces más. Y además, el juego online que es más parecido al Counter Strike que al modo historia.

Los próximos objetivos según la economía me lo permita son: El Guitar Hero, el sonido 5.1, el GTA4 y probablemente algún Need For Speed. y mucho más adelante un LCD HD.

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