Una de las cosas más temidas a la hora de comprar un producto es observar
la etiqueta y descubrir ese mensaje; Esas dos palabras salidas desde la
mismísima pluma de Lucifer: “NUEVA FÓRMULA”.
Casi siempre viene acompañada de un nuevo logo y/o un nuevo envase y/o una
nueva imagen y/o nuevos sabores/aromas. Todos trucos para enmascarar la verdad:
la NUEVA FÓRMULA es peor que la vieja fórmula pero abarata costos de
producción. Las nuevas formulas se cagan en el consumidor, le faltan el
respeto, lo tratan de idiota. La “nueva fórmula” casi siempre viene con una
campaña publicitaria que incluye gente feliz y chicas en bombachita.
La NUEVA FÓRMULA, salvo algunas excepciones siempre, siempre, siempre,
SIEMPRE es peor que la anterior.
Uno compra el producto porque le da resultado, le gusta o le parece mejor
que el de la competencia. O sea, uno lo compra por LA FÓRMULA. ¿Por qué
deberíamos ver como algo positivo la RE-FORMULACIÓN? ¡NO! Quiero la vieja,
gauchita, clásica y amada fórmula. La nueva es un reto. ¿Quiero gastar plata en
testear la nueva fórmula? ¿Quiero arriesgarme a que no me guste? No sé. Siempre
la cagan.
Para ser sinceros, no siempre este cambio trae aparejada una campaña
publicitaria en todos los medios. A veces es solo el cartelito en la etiqueta y
esto es peor porque si no lo ves al momento de tomar el producto de la góndola
del supermercado… ya es tarde.
Me pasó con el Nesquik. Me preparé una taza, lo probé y noté que no era
como siempre. Me lo tomé todo mientras pensaba en fechas de vencimiento y
leches cortadas. Terminé y miré el envase. Si. Decía, ahí a traición pero
orgullosamente “Nueva Fórmula”. Listo, cagamos. El reinado del terror del
conejito ha terminado.
Otro caso fue el Head&Shoulders. Buen shampoo durante años. Impedía la
caspa y dejaba el pelo limpio y brilloso. El último… pelo engrasado a las 6
horas y algo blanco en el hombro… ¿WTF?... Nueva Fórmula. Ta´madre…
De todas formas, hay algo peor que todos estos casos. Los que no avisan en
absoluto. Van empeorando la combinación de elementos durante años, a nuestras
espaldas y cuando nos damos cuenta, lo que comemos o tomamos, ya no es lo que
era en un principio. Y ahí van las MELBA. Que solían ser grandes, oscuras y con
un gustito a chocolate amarguito que mmmmhhh… Y ahora… Una porquería chiquitita
y con cierto dejo del pasado glorioso pero nada más. ¡¿POR QUE?! ¿Para no subir
el precio? ¿Para ahorrarse unos mangos? ¡¿A qué precio, Marge, A QUÉ PRECIO?!
Cobramela más pero dame ese sabor inigualable.
Señores de Terrabusi, Bagley, Arcor, Unilever en general; aprendan de los
grandes. COCA-COLA, fórmula sagrada; DRF iguales since 1889 (?); etc.
SKIP, ACE, ARIEL; esto también va para ustedes que se la pasan diciendo que
lavan mejor porque mejoran constantemente la fórmula… Vamos, somos grandes… Es
jabón en polvo, listo. Lava lo que lava y ya. No me vengan con nano-inteligencia
al servicio del ama de casa.
Acuérdense, estén atentos, boicoteen las nuevas fórmulas de sus productos
favoritos. Consumidores al poder.
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