Rastrillajes inexistentes, una muestra más de la inutilidad policíaca, un caso raro... muy raro. Una situación insosteniblemente grave.
A pesar de eso... ¿No es loco que el pueblerino que descubrió el auto de los Pomar se llame Casimiro Frutos?
Casi-Miro miró y ahí estaba. Llamó al 911 y no le dieron pelota.
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