En esta semana estoy de vacaciones parciales, ya que estoy trabajando por las noches, con mi amigo Guan en el ex-canal de la palomita. Pero por las mañanas tengo tiempo de escribir y por eso actualizo seguido.
Hoy les cuento simplemente que otra de las actividades que antes no realizaba y ahora si, es lavar los platos. Hay veces que me da paja, pero una vez que empiezo le doy con todo y no me importa. Además soy reordenado (para todo) y pongo todo en el lugar exacto, los cuchillos y tenedores en la parte central del secacubiertos, las cucharitas en la periferia del mismo; los vasos en el espacio destinado a tal fin en el lavavajillas, los platos también en su predeterminado sector, etc... Incluso, cuando hay muchas cosas, me las arreglo para que todo entre y no se caiga.
Pero hay algo que me molesta: lavar ollas, son grandes, pesadas, difíciles de maniobrar, no tengo donde ponerlas (menos si hay más de una); son un garrón. Un mal necesario para tanta comida rica.